Carta Pastoral del arzobispo a los internos de la Cárcel de Teixeiro

por parroquiacarballo

El arzobispo de Santiago, monseñor Julián Barrio, en una Carta Pastoral dirigida a los internos e internas del Centro Penitenciario de Teixeiro con motivo el Año Jubilar Extraordinario de la Misericordia, les recuerda que tuvo la oportunidad “de visitaros en los diferentes módulos de hombres y mujeres escuchándoos y compartiendo vuestras inquietudes y preocupaciones. Soy consciente de que nada que afecte a los demás a mí me puede ser ajeno, pero sabiendo que las más de las veces lo único que puedo hacer es rezar con vosotros y por vosotros, manteniendo esa unión a lo largo de los días”. El prelado en sus visitas celebró la Eucaristía, bautizó, confirmó y “os he oído en confesión”. La Carta Pastoral figura impresa en un libro editado por Cáritas Diocesana de Santiago de Compostela con motivo de los cincuenta años de la institución, contando con la colaboración del Secretariado Diocesano de Pastoral Penitenciaria.
Trabajo pastoral
El prelado considera de gran importancia la “labor callada y eficaz” de la Pastoral Penitenciaria al servicio de las personas privadas de libertad, que “constituye para la Iglesia no una pesada carga o una obligación, sino un gozoso servicio”. Recuerda que desde los orígenes del cristianismo, la Iglesia ha sido muy sensible a la situación de los hombres y mujeres privados de libertad y a las condiciones innegociables de respeto a su dignidad en que debe desarrollarse la ejecución de las sentencias penales. “Hoy brinda atención pastoral a estas personas privadas de libertad”, constata, “a través de la Pastoral Penitenciaria y sus capellanías, a las que se ha incorporado un voluntariado cualificado y generoso que trata de responder a las necesidades de las personas y que aspira a que el triste camino que los condujo a la prisión no se vuelva a recorrer jamás”.
Acompañamiento
Considera que el acompañamiento en la pastoral penitenciaria es fundamental, “sabiendo escuchar, teniendo conocimiento del problema penitenciario para poder dar la respuesta adecuada. Todo ello buscando la transformación de la persona”. La mejor prevención -indica- empieza por el cuidado de la infancia y la diligente defensa de todos sus derechos. “Tenemos aquí un grandísimo desafío, máxime teniendo en cuenta que una parte no pequeña de nuestra infancia en algún momento de su vida escolar o en su itinerario de fe tiene contacto con la Iglesia. La defensa de los derechos de la infancia es la primera prevención, como recuerda el Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia”, escribe en otro de los apartados.
Monseñor Barrio insiste en que La Pastoral Penitenciaria no es sólo responsabilidad de la capellanía que trabaja en la cárcel. Es una auténtica responsabilidad diocesana que se fundamenta en el mismo relato del Juicio Final, en el que el Señor mismo se ha puesto en el lugar de la persona encarcelada. No se trata de si es buena o mala, de si ha hecho o no más o menos daño.
“Mis últimas palabras”, señala finalmente, “quieren ser de sincero cariño, ánimo, reconocimiento entrañable y profundo respeto hacia quienes desde el anonimato callado de cada día hacen presente el Reino de Dios en los establecimientos penitenciarios, dignifican las condiciones de las personas presas y humanizan las fábricas del llanto”.
La labor de Cáritas
Cáritas Diocesana de Santiago de Compostela, en colaboración con Pastoral Penitenciaria, dispone de un programa de actuación dirigido a los internos de la cárcel de Teixeiro, desarrollando semanalmente actuaciones destinadas a los reclusos que quieran sumarse a los distintos talleres de trabajo. La programación se complementa con la utilización de un piso y ayudas para los que salen del centro penitenciario con permisos temporales carcelarios, así como un servicio jurídico—integrado por abogados voluntarios–, para asesorar a los internos en los temas en los que no entra la justicia gratuita.
Cáritas Diocesana de Santiago de Compostela, como institución social de la Iglesia que pretende dar respuesta a los grupos más desfavorecidos de nuestra sociedad, trabaja y es consciente de la realidad que supone la población reclusa. La Pastoral Penitenciaria católica trabaja por la liberación integral de la persona que es siempre mucho más que su comportamiento.

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