El día 27, fiesta de la Medalla Milagrosa, bendeciremos y entregaremos la medalla a todos los devotos. La llevaremos ,no como un amuleto, sino como señal de que Ella es Madre que nos protege y nosotros queremos ser hijos fieles , y recemos confiados “Oh María concebida sin pecado, rogad por nosotros que recurrimos a vos”.El número de curaciones espirituales y materiales obtenidas a través de la devoción de la Medalla es incontable. Por eso la voz popular la hizo llamar “Medalla Milagrosa”
Además la medalla es un reconocido instrumento de conversión. La más famosa y sorprendente de las conversiones de los últimos siglos por medio de la medalla es Alfonso Ratisbona, ocurrida instantáneamente al visitar la iglesia de San Andrés en Roma el año 1842.
De origen y religión judía, gran banquero y aristócrata que “guardaba en su corazón un fuerte odio a los católicos”. Ratisbona había aceptado un desafío de un amigo católico de llevar una medalla de la Milagrosa. Entraron juntos en la iglesia y en cuanto el compañero se dirigió a la sacristía, Ratisbona fue atraído hacia la Capilla dela Virgen….Levantó los ojos y contempló a Nª Sª que se le aparecía con la misma actitud representada en la Medalla.
Él mismo escribió: “La Virgen no pronunció ninguna palabra, pero yo lo compredí todo… experimenté un cambio tan completo que creí ser otro, la alegría más ardiente brotó del fondo de mi alma; no podía hablar… no sabría dar cuenta de las verdades de las cuales había adquirido conocimiento y fe. Todo lo que puedo decir es que cayó el velo que tenía ante los ojos; no un solo velo, sino que se desvaneció la multitud de velos que me rodeaba… salí de un abismo de tinieblas, vi al fondo del abismo las miserias extremas de las que había sido sacado por obra de una misericordia infinita… tantos hombres descienden tranquilamente a este abismo con los ojos cerrados por el orgullo y la indiferencia… Se me pregunta cómo he aprendido estas verdades, pues es cierto que nunca he abierto un libro de religión, ni he leído nunca una sola página de la Biblia: todo lo que sé es que, entrando en la iglesia, lo ignoraba todo, y saliendo, lo veo todo claro… no teniendo ningún conocimiento literal, interpreté el sentido y el espíritu de los dogmas, todo esto entró en mí, y estas impresiones, mil veces más rápidas que el pensamiento,no solamente conmovieron mi ánimo, sino que lo dirigieron hacia una nueva vida… Los prejuicios contra el Cristianismo ya no existían, el amor de Dios había tomado el lugar de cualquier otro amor.”
Tras este encuentro, Ratisbonne decide convertirse al catolicismo, recibe el bautismo el 31 de enero de 1842, y ese mismo año, entra en la Compañía de Jesús. En 1848 es ordenado sacerdote.
Llevemos la medalla y pidamos a la Madre Milagrosa lo que necesitamos, pero especialmente la gracia de la conversión y de una vida cristiana en nuestras familias