“El gran reto es acoger, proteger, promover e integrar.
Es nuestra manera de estar al lado y del lado de los migrantes”.
Marruecos, Colombia, Venezuela, Cuba, Senegal, Uruguay……, son las nacionalidades del 80 % de las personas atendidas en Cáritas de Bergantiños observamos que las migraciones ocupan un papel central en la realidad que atendemos como Iglesia servidora de los pobres.
Sin duda es un tema muy actual, quizá demasiado manipulado, maltratado y usado de forma tendenciosa por unos y otros. Es muy común ver en nuestras calles, trabajos, centros de estudio… personas de diversas razas, de múltiples países, que comparten su vida con nosotros. Quizá sepamos poco de ellas, pero las vemos integradas en nuestra sociedad. Pero hay otras muchas que no lo han conseguido y hay otras muchas que cada día se acercan a nuestro país en busca de una nueva vida, una nueva oportunidad para ellos y sus familias. La llegada entre nosotros es motivo de esperanza porque, con mucho esfuerzo, superando muchas dificultades, dejando a sus familias, arriesgando su vida, vienen con la certeza de que todo va a ser nuevo y mejor para ellos desde ese momento.
Desde nuestro lado, unos nos dicen que los necesitamos para trabajar en lo que a nosotros no nos gusta o no queremos, otros nos dicen que son una amenaza porque nos quitan el trabajo, otros nos dicen que es una invasión progresiva que va a acabar con nuestro nivel de vida, nuestro estado de bienestar, con nuestra sociedad. Ante esto debemos preguntarnos como cristianos, cómo podemos afrontar esta realidad.
El reto es la convivencia entre todos, construir un futuro para todos y entre todos, con la necesidad de que todos sumemos y desenmascaremos a los que restan. Como creyentes sentimos que Dios camina con su pueblo, que la Iglesia tiene el reto de no dejar a nadie atrás, por eso tenemos que ser comunidades acogedoras y misioneras. Así nos lo recuerda el Papa Francisco “el encuentro con el migrante, como con cada hermano y hermana necesitados es también un encuentro con Cristo”. Esta la actitud del creyente, la mirada del seguidor de Jesucristo.
El Papa nos resume en cuatro verbos, cuál debe ser nuestro comportamiento con los emigrantes, acoger, proteger, promover e integrar. Así seremos iglesia que siembra humanidad y esperanza en nuestro mundo.