El arzobispo de Santiago, monseñor Julián Barrio, aseguró en la inauguración del Congreso de Teología “Reconciliación y Misericordia” que “la peregrinación jacobea es un verdadero programa de regeneración y está íntimamente ligada a la solidaridad como nos lo revelan sus símbolos: el bordón, el morral y la “vieira”. En todo caso, la tradición apostólica es el imán que atrae al peregrino y le hace emprender el camino de la vida”. Monseñor Barrio pronunció la conferencia inaugural de esta cita, hablando sobre “Recuperar el sentido genuino de la peregrinación jacobea”. En su intervención, el arzobispo compostelano aludió a la espiritualidad de la peregrinación y dijo que abarcaba diversas dimensiones: escatológica, festiva, cultual, apostólica, de comunión y penitencial. La presentación del congreso corrió a cargo del responsable del Instituto Teológico Compostelano (ITC), Segundo Pérez López, y a lo largo de la mañana intervino monseñor Lluis Martínez Sistach, cardenal y arzobispo emérito de Barcelona, quien habló sobre la relación entre misericordia y nueva evangelización.
El congreso “Reconciliación y misericordia”, que tiene como escenario el aula magna del Instituto Teológico Compostelano (ITC), aborda distintas perspectivas teológico-pastorales sobre el sacramento de la Penitencia. El título del congreso expresa el objetivo del encuentro: presentar el estado actual del sacramento de la Penitencia identificando los principales campos de debate, a la luz del Año Jubilar Extraordinario de la Misericordia. En la inauguración, el arzobispo de Santiago, monseñor Julián Barrio, recordó en una elaborada intervención la importancia de la peregrinación a Santiago. Dijo, sobre la recuperación del verdadero sentido peregrinante, que “una auténtica y genuina peregrinación será siempre un tiempo y un espacio privilegiados para el descubrimiento, el discernimiento, la iluminación y la conversión”.
Aseguró, además, que “la peregrinación, como “experiencia religiosa universal”, para ser auténtica y genuina, tiene que seguir todos los itinerarios mencionados de la soledad, del compromiso y solidaridad y del ecumenismo con los elementos propios de su espiritualidad en sus diferentes dimensiones: escatológica, festiva, cultual, apostólica, de comunión y penitencial”.
Una Iglesia acogedora
También intervino el arzobispo emérito de Barcelona, monseñor Lluis Martínez Sistach, quien habló sobre “El proyecto misionero de la misericordia en el contexto de la Nueva Evangelización: claves y propuestas”. Afirmó que la razón última de la celebración de un Jubileo de la Misericordia es la llamada de la Iglesia a ofrecer a la humanidad signos de la presencia cercana y misericordiosa de Dios Padre. “Necesitamos”, aseguró, “del perdón y de la misericordia de Dios”, que se expresa y manifiesta en el rostro de Cristo.
Monseñor Martínez Sistach explicó, también, que este Año Jubilar es una ocasión para hacer presente el propio testimonio de los creyentes en la “sociedad, en los ámbitos urbanos”, a través de la acogida, del diálogo y del acompañamiento. “La Iglesia”, manifestó, “debe acoger a todas aquellas personas que se sienten solas, que están heridas, que viven en las periferias”, mirándolas con “la mirada del Buen Pastor”.
La cita congresual continuará este martes con la intervención, entre otros, del arzobispo de Oviedo, monseñor Jesús Sanz Montes, quien disertará sobre “Creo en la remisión de los pecados… La dimensión teológica de la penitencia”.