El próximo fin de semana celebramos en Carballo (en el Santuario de San Cristovo) la Fiesta de San Cristóbal e da Nª Sª da Boa Viaxe.
«Yo soy el camino y la verdad y la vida» (Jn 14,6), es el lema de la Jornada. Palabras que pronunció Jesús en su discurso de despedida de los discípulos. Y que nos indican algunos comportamientos al volante.
“Yo soy el camino”, significa que caminar con Jesús obliga a “ser buen conductor, responsable, cumplidor de las normas de tráfico y respetuoso con los demás conductores”, a “no pasar de largo ante una necesidad de mi prójimo” y “hacer agradable el viaje de los que comparten el vehículo conmigo”.
“Yo soy la verdad” implica sinceridad “cuando se trata de averiguar quién y cómo se produjo el siniestro.
“Yo soy la vida” recuerda que “cuando conduces un vehículo, solo o en compañía, no puedes olvidar, en ningún momento, la grave responsabilidad que asumes de velar por tu vida y la de los demás”.
Cuidar la vida
Los obispos expresan su inquietud ante el aumento de los siniestros viales y los muertos en carretera, aunque “mantenemos la firme esperanza de siniestros viales, cero”. Porque “no hay dinero suficiente para comprar una sola vida. Somos únicos e irrepetibles”.
Amar y respetar la vida propia y ajena, para un conductor, “equivale a permanecer atento a la conducción, respetando en todo momento las normas de tráfico” y quiere decir “conducir bien y en las debidas condiciones y responsabilidad sin ser un peligro para nadie”.
Recordar la importancia de usar el cinturón de seguridad, de no conducir bajo los efectos del alcohol y de las drogas, de correr a la velocidad justa o sobre el uso indebido del móvil. «Amar la propia vida y la de los demás me obliga a no jugármela sencillamente por usar el móvil indebida e irresponsablemente mientras se conduce, como desgraciadamente sucede con relativa frecuencia. Todo puede esperar y el conductor debe ser consciente de la grave responsabilidad que lleva entre sus manos: cuidar y respetar su vida y la de los demás
También tienen unas palabras para la “mucha gente buena” que “diariamente se esfuerza como conductores o peatones por hacer las cosas bien, cumpliendo las normas de tráfico con responsabilidad y cuidando de la seguridad vial, que es tanto como decir: salvando vidas”.
Que santa María de la Prudencia y san Cristóbal nos protejan y acompañen en todos nuestros desplazamientos”.