Queridos lectores de A Xanela
Este domingo celebramos en Carballo el día de la Fiesta de la Milagrosa y quiero agradecer a mons. Julián Barrio, arzobispo emérito, por acompañarnos en la Novena y en la Misa de fiesta de la Milagrosa; a todos los devotos que participaron en la Novena, en la Procesión de las Antorchas y en la Fiesta de la Milagrosa; a los que colaboraron con sus donativos; al ayuntamiento de Carballo y Protección Civil; a la Comisión de Fiestas; y de manera especial a los que un año más confeccionasteis las alfombras florales como la mejor ofrenda a la Virgen.
Os saludo con las hermosas palabras del Papa Francisco pronunciadas en Fatima, el pasado día 5 con motivo de la JMV:
“La pequeña capilla en la que nos encontramos es como una hermosa imagen de la Iglesia: acogedora, sin puertas. La Iglesia no tiene puertas, para que todos puedan entrar. Y aquí también podemos insistir en que todos puedan entrar, porque esta es la casa de la Madre, y una madre siempre tiene el corazón abierto para todos sus hijos, todos, todos, todos, sin exclusión.
Y estamos aquí, bajo la mirada maternal de María, estamos aquí como Iglesia, Iglesia Madre. Y la peregrinación es un rasgo mariano, porque la primera en hacer una peregrinación después de la anunciación de Jesús fue María. Apenas se enteró que su prima estaba embarazada, ya muy mayor la prima, salió corriendo. Es una traducción un poco libre, pero el Evangelio dice, «salió con apuro», nosotros diríamos, salió corriendo, salió corriendo con ese afán de ayudar, de estar presente.
Hay tantas advocaciones de María, pero una que podemos decir, también pensando, es esta: la Virgen que sale corriendo, cada vez que hay un problema, cada vez que la invocamos, no tarda, viene, se apura, «Nuestra Señora apurada». Nuestra Señora que acompaña, siempre acompaña. ……Quisiera que hoy miremos la imagen de María, y cada uno piense: ¿qué me dice María como Madre?, ¿qué me está señalando con el dedo? Nos señala a Jesús, a veces nos señala también alguna cosita que en el corazón no funciona bien, pero siempre señala. Madre, ¿qué me estás señalando a mí? Hagamos un pequeño instante de silencio, y cada uno en su corazón diga: Madre, ¿qué me estás señalando a mí? ¿Qué hay en mi vida que te preocupa? ¿Qué hay en mi vida que te conmueve? ¿Qué hay en mi vida que te interesa? Y tú lo señalas. Y ahí nos señala el corazón para que Jesús venga, y así como a nosotros nos señala a Jesús, a Jesús le señala el corazón de cada uno de nosotros.
Queridos hermanos, sintamos hoy esa presencia de María Madre, la Madre que siempre dirá «hagan lo que Jesús les diga». Nos señala a Jesús, pero la Madre que le dice a Jesús: haz lo que éste te está pidiendo. Esa es María. Esa es nuestra Madre, que ella nos bendiga a todos. Amén.”
Publicamos en este número un artículo de Xosé Pumar Gándara titulado “Junto a la Virgen Milagrosa en Carballo”, así como el testimonio de Esther, la joven que habló en el viacrucis con el Papa.