Este martes, 15 de abril, se celebró en la Catedral de Santiago de Compostela la Misa Crismal, una ceremonia solemne cuyo nombre proviene del término latino chrisma, que significa “unción”. Durante esta celebración, se consagraron el Santo Crisma y los Santos Óleos, que serán empleados en los sacramentos del Bautismo, la Confirmación y la Unción de los enfermos en las parroquias de la Diócesis a lo largo del año.
La celebración, presidida por el arzobispo de Santiago de Compostela monseñor Francisco José Prieto Fernández, contó con la presencia del arzobispo emérito, monseñor Julián Barrio, además de miembros del cabildo catedralicio, sacerdotes, diáconos, religiosos, peregrinos y fieles diocesanos. También asistieron los sacerdotes de la Unidad Pastoral de Carballo
Durante la celebración, los presbíteros renovaron sus promesas sacerdotales, reafirmando su compromiso con Cristo y su vocación ministerial.
Durante la homilía el arzobispo de Santiago reflexionó sobre el sentido profundo del sacerdocio, haciendo una llamado a centrar la vida ministerial en Cristo, cultivar la fraternidad entre presbíteros y vivir con entusiasmo la misión evangelizadora.