A las 19:00 horas de este Jueves Santo, la Parroquia de San Xoán Bautista de Carballo celebró la Misa de la Cena del Señor, presidida por el párroco José García Gondar y concelebrada por José Pumar Gándara y Jesús Bello Mato. La Coral de Bergantiños acompañó musicalmente la liturgia, que congregó a numerosos fieles en una celebración cargada de simbolismo.
La Eucaristía de este día recuerda tres momentos fundamentales que marcaron el destino de la Iglesia: la institución de la Eucaristía, la institución del Orden Sacerdotal y el mandamiento del amor fraterno. En este sentido, la celebración no solo rememoró la Última Cena de Jesús con sus discípulos, sino también el acto simbólico del lavatorio de los pies, que simboliza el servicio y la humildad con la que Cristo se entregó a la humanidad.
Durante la homilía, el párroco José García Gondar reflexionó sobre la escena del Cenáculo, donde Jesús instituyó la Eucaristía y el sacerdocio. Comenzó su intervención mencionando su experiencia personal en Tierra Santa, lugar que ha tenido el honor de visitar en dos ocasiones, y en particular en el Cenáculo de Jerusalén, el lugar donde, según la tradición, se celebró la Última Cena.
“Vi a Jesús de rodillas ante Pedro y ante los apóstoles, lavándoles los pies. Y escuché eso que también a mí me dijo un día el Señor: Haced esto en conmemoración mía,” comentó, relatando cómo esa vivencia le permitió comprender más profundamente la centralidad de la Eucaristía en la vida cristiana.
El párroco subrayó los tres grandes regalos que Cristo dejó a la Iglesia durante la Última Cena: el mandamiento nuevo del amor fraterno, el ministerio sacerdotal y la institución de la Eucaristía. Destacó que, como seguidores de Cristo, todos están llamados a vivir estos tres aspectos con gratitud y compromiso. En especial, el amor fraterno fue un tema central de su homilía: “Estamos llamados a vivir este amor en la humildad del servicio, en lo pequeño, en los gestos cotidianos, y es en esos momentos, donde realmente podemos mostrar que somos discípulos de Cristo.”
El párroco hizo referencia a las palabras de Jesús en el Evangelio de este día: “Si yo, el Señor y el Maestro, os he lavado los pies, también vosotros debéis lavar los pies unos a otros. Haced vosotros lo mismo”. Y destacó cómo, en este acto simbólico, Jesús no solo les enseña a sus discípulos la importancia del servicio, sino también la necesidad de rebajarse, de humillarse, de servir con amor. En este sentido, García Gondar invitó a todos los fieles a reflexionar sobre el significado de este gesto en sus propias vidas.
“Hoy es una invitación a todos para reafirmar nuestra voluntad de ser servidores, de ser servidores allí donde Jesús nos invita a serlo, en la familia, en la comunidad, en la amistad, con los marginados, con los enfermos, en la escuela, en nuestras responsabilidades sociales, culturales y políticas. Es en los servicios humildes, en la atención a los demás, donde realmente podemos hacer vida el mandato de Jesús de servir a los demás”, expresó el párroco, haciendo un llamado a vivir el amor de Cristo en las acciones cotidianas.
También remarcó la importancia del ministerio sacerdotal, un regalo que Cristo dio a los apóstoles, y por extensión, a todos los sacerdotes a lo largo de la historia, para poder continuar su obra en la Tierra. “El regalo del sacerdocio es esencial para la Iglesia. A través de él, los sacerdotes tienen la misión de consagrar la Eucaristía, perdonar los pecados y distribuir los sacramentos. Hoy quiero agradecer de manera especial, en la persona de don José y don Jesús, la entrega, el testimonio y el servicio que tantos sacerdotes han dado a nuestras comunidades”, dijo García Gondar, agradeciendo a los sacerdotes concelebrantes por su dedicación.
El párroco también habló de la importancia de la Eucaristía en la vida de los creyentes, invitando a todos a no esperar solo los grandes días de la liturgia, como el Jueves Santo o el Corpus Christi, para acercarse al altar. “Dichosos hoy los invitados a la cena del Señor y dichosos los que cada día, muchos y cada domingo, ojalá que más, vengamos a celebrar la Eucaristía. Cada día celebramos la cena del Señor, y es un regalo que debemos valorar profundamente”, subrayó, haciendo un llamado a fortalecer la vida eucarística en la comunidad.
Finalmente, José García Gondar invitó a todos los fieles a renovar sus promesas de servicio y entrega al Señor, recordando que el verdadero amor cristiano es sacrificio, pasión, incomprensión e incluso rechazo, pero sobre todo es un camino de entrega y servicio a los demás. Al concluir su homilía, el párroco invitó a la comunidad a contemplar el gesto de lavar los pies, un acto de humildad y servicio, en el cual todos, como discípulos de Cristo, están llamados a participar activamente en la vida cristiana, de manera humilde y generosa.
Con esta reflexión profunda sobre la Eucaristía, el sacerdocio y el amor fraterno, la celebración de la Cena del Señor en la Parroquia San Xoán Bautista cerró con un emotivo gesto de lavatorio de los pies, en el que el párroco, de rodillas, se inclinó ante varios miembros de la comunidad, simbolizando el compromiso de seguir los pasos de Cristo en el servicio y el amor a los demás.