“No amemos de palabra sino con hechos”

por parroquiacarballo

Carta Pastoral del Arzobispo  en la Jornada Mundial de los Pobres
“Nuestra preocupación debe ser dar respuesta a los pobres más allá de diagnósticos y estadísticas, fijándonos en las personas concretas y saliendo a su encuentro. Muchas veces damos la impresión de que nuestros pobres viven en esa hora veinticinco que nunca marcará el reloj de nuestra vida, y por eso se les arrincona en el lado oscuro del descarte”. Así se expresa el arzobispo de Santiago, monseñor Julián Barrio, en una Carta Pastoral para la Jornada Mundial de los Pobres, una iniciativa del papa Francisco que se celebra este domingo día 19 de noviembre. El arzobispo compostelano invita a todas las comunidades cristianas de la Archidiócesis a tener “gestos sencillos y humildes a través de los cuales no sólo se perciba que vamos al encuentro de los pobres sino que estos están entre nosotros y con nosotros”.
Hoy domingo 19 de noviembre la Iglesia celebrará la primera Jornada Mundial de los Pobres. Una invitación que el Santo Padre dirige a toda la Iglesia, así como a todos los hombres y mujeres de buena voluntad, para que escuchen el grito de ayuda de los pobres. Esta Jornada nace hace un año. El 13 de noviembre se cerraban en todo el mundo las Puertas de la Misericordia y en la Basílica de San Pedro el Santo Padre celebraba el Jubileo dedicado a todas las personas marginadas. De manera espontánea, al finalizar la homilía, el papa Francisco manifiesta su deseo: “quisiera que hoy fuera la «Jornada de los pobres»”.
Pues bien, la Iglesia diocesana de Santiago de Compostela, se suma a esta iniciativa y su pastor, monseñor Barrio, explica en una Carta Pastoral que “la historia de la Iglesia se configura como una historia de caridad donde los afligidos por cualquier causa encuentran respuesta a sus gritos de auxilio”. Al mismo tiempo, invita a todas las comunidades, parroquias y Cáritas, a vivir intensamente esta jornada con gestos concretos: “Esto”, dice el arzobispo, “ha de manifestarse en nuestras comunidades parroquiales y en nuestra Cáritas Diocesana, siendo este el signo y testimonio de una Iglesia en salida, samaritana y misionera”.
Tras recordar que servir y honrar a Cristo es servir al pobre y al necesitado, monseñor Barrio afirma que “sólo el espíritu de pobreza nos ayuda a valorar en su justa medida los bienes materiales y a mantener esos vínculos afectivos que se muestran en el desprendimiento a favor de los necesitados”.
 

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