A lo largo del territorio de nuestras parroquias contamos con innumerables capillas, de las que —en su inmensa mayoría— carecemos de datos acerca de su fundación y origen. Por el contrario, de la capilla de Xoane (Goiáns-Carballo), conocemos el motivo de su construcción y fundador al coincidir temporalmente con la gira pastoral ejercida por el arcipreste y cura de Razo, Luis Berdía Troncoso, en el año de 1817.
En sus informes podemos leer (fols. 152 v./153 v.) lo siguiente: «Visitó el arcipreste la capilla de San Pedro que se halla en el lugar de Joane, perteneciente a esta parroquia. Fue fundada por don Pedro Francisco de Andrade y Luaces Albarado, cura párroco de la feligresía de Santa María de Soutullo, en nueve de febrero de 1817 (…). Se erigió en el año pasado de 1812 con mandato de V. Excelencia, le confirió licencia para su bendición. Previene en la fundación que en la citada capilla en cada un año se celebren perpetuamente dos misas cantadas por el cura de la parroquia de Goyanes o persona de su orden, la una el día de San Pedro Apóstol y la otra el día de San Francisco de Asís (…) que al otro día de San Pedro se celebre un acto fúnebre por su ánima y de sus obligaciones anualmente para siempre con seis señores sacerdotes, incluso el párroco, en la misma capilla (…). La capilla se halla con toda la decencia necesaria y todo el correspondiente recado de celebrar el santo sacrificio de la Misa». Actualmente, la capilla es conocida por estar bajo la advocación de Nuestra Señora de Lourdes.
A Xoane, el 4 de mayo de 1833, se trasladó la capellanía de santa Cecilia, situada en una ermita en el cotón del mismo nombre, en la parroquia de San Paio de Coristanco, cerca de Centiña.
Debido a su ubicación complicada, la construcción sufría el azote de los temporales, por lo que las reformas y reparaciones eran constantes.
De igual modo, su emplazamiento no facilitaba el acceso a ningún vecino de las aldeas circundantes, que preferían ir a la de Nuestra Señora de Centiña, hoy de san Antonio y, finalmente, la capilla no reunía las condiciones de aseo y limpieza para poder cumplir con la decencia del culto.
Una carta
En el Archivo Histórico Diocesano de Santiago se conserva una carta de Manuel María Vázquez de Andrade, de 1832, donde solicita al arzobispo el traslado de todos los objetos litúrgicos y las cargas piadosas de los fundadores de la capilla de santa Cecilia a la de san Pedro de Xoane, ya que su fundador había sido capellán de la ermita coristanquesa: «Don Antonio de Andrade y Luaces y doña Helena Rial, su mujer, erigieron y dotaron en el año de 1716 la capilla de santa Cecilia (…) esta capilla se halla situada según acostumbraban los antiguos en la eminencia de un monte, apartado del vecindario en la parroquia de san Pelayo de Coristanco (…). A esta puede trasladarse la de santa Cecilia pues en la que se halla de poco puede servir».
Aunque la tosca imagen de la santa quedó en la de Centiña, hoy situada en el segundo cuerpo de su retablo, el cáliz, misal y ornamentos se llevaron para Xoane; la ermita del cotón fue desacralizada y derruida por orden del prelado de Santiago y, como recuerdo de ella, se mandó erigir una cruz en el mismo sitio que había ocupado el altar.