Hoy, miércoles 5 de marzo, la Iglesia Parroquial de San Xoán Bautista de Carballo acogió a numerosos fieles en la tradicional celebración del Miércoles de Ceniza, dando comienzo a la Cuaresma 2025. Presidida por el párroco José García Gondar, y concelebrada por los sacerdotes P. Plácido y Eduardo Puga, la ceremonia destacó por su carácter reflexivo y profundamente simbólico.
En su homilía, García Gondar recordó que el Miércoles de Ceniza es solo la puerta de entrada a un tiempo especial de renovación espiritual, subrayando la importancia del Año Jubilar convocado por el Papa Francisco, por cuya salud pidió oraciones, así como el cincuentenario de la bendición e inauguración del templo parroquial.
El párroco utilizó como metáfora la restauración de la imagen de San Juan Bautista, que al retirarse para su reparación se encontró cubierta de polvo y desfigurada por los años. Este hallazgo, explicó, simboliza la necesidad de restaurar los corazones de los fieles, muchas veces cubiertos por el “polvo” del pecado, el egoísmo y la tibieza. Durante la homilía, animó a los asistentes a vivir la Cuaresma como un tiempo favorable para la conversión, la oración, el ayuno y la caridad. Destacó la necesidad de encontrar momentos diarios para rezar, escuchar la palabra de Dios y visitar al Santísimo, además de participar en actividades comunitarias como el rezo del Vía Crucis. También hizo una llamada a practicar un ayuno sincero, que no solo implique privarse de alimentos, sino también de actitudes negativas como la crítica o la calumnia. Finalmente, resaltó la importancia de la limosna, entendida como una entrega generosa de tiempo y recursos a los más necesitados, mencionando iniciativas como Cáritas y otras obras solidarias.
La ceremonia concluyó con la imposición de la ceniza, un gesto que representa el compromiso de los fieles de reducir a cenizas el pecado y renovarse espiritualmente.
Además, se distribuyó el calendario de celebraciones jubilares y actividades específicas para esta Cuaresma, bajo el lema “Camino de esperanza, conversión y misericordia”. Con una lamada a la introspección y la acción, García Gondar invitó a la comunidad a elaborar un programa personal para este periodo litúrgico, con pequeños compromisos como dedicar tiempo a la oración y a ayudar al prójimo. Así, la parroquia de San Xoán Bautista de Carballo inicia un camino de fe y renovación espiritual, marcado por el simbolismo del Año Jubilar y por la esperanza de una vida cristiana más auténtica.
