La parroquia San Xoán Bautista de Carballo vivió el sábado una celebración extraordinaria marcada por la alegría, la emoción y el compromiso cristiano. A las 20:00 horas, la iglesia parroquial acogió una Eucaristía en la que 45 jóvenes recibieron el sacramento de la Confirmación, un niño y una adulta fueron bautizados, y esta además recibió la Confirmación y la Comunión por primera vez. La ceremonia estuvo presidida por el vicario de pastoral de la Archidiócesis, Javier Porro Martínez, y concelebrada por el párroco José García Gondar, Eduardo Puga Vila y el padre Manuel Carrero.
La celebración reunió a numerosas familias, catequistas y fieles de la comunidad, que acompañaron con entusiasmo a los confirmandos y a quienes dieron importantes pasos en su camino de fe.
En su homilía, Porro Martínez ofreció una profunda reflexión centrada en la vulnerabilidad de la vida y la necesidad de abrirse a la acción del Espíritu Santo.
Con un tono esperanzador, el vicario explicó que la debilidad humana no es una derrota, sino una oportunidad para el encuentro con Dios. Recurriendo a imágenes sencillas y accesibles, Javier Porro Martínez señaló que hay cristianos que exteriormente practican la fe, cumplen con los ritos, se acercan a los sacramentos, pero no han permitido que Dios transforme su interior. Frente a esa actitud superficial, animó a los presentes abrirse a la acción de Dios con una disposición auténtica y receptiva: “El Señor quiere entrar hasta el fondo de tu vida, no quedarse en la superficie. Si solo asistimos a una celebración, pero no dejamos que eso nos toque, no hay transformación real.”
Destacó que el verdadero protagonista de la celebración es el Espíritu Santo, que actúa en los corazones y da vida nueva. “¿Cuál es el hilo conductor de todo lo que vamos a vivir hoy?”, se preguntó en voz alta. “El Espíritu Santo. Es Él quien nos hace hijos de Dios en el Bautismo, quien nos fortalece en la Confirmación (…), quien transforma la comunión en alimento verdadero para vivir según Cristo.”
El vicario no solo dirigió su mensaje a quienes recibían los sacramentos, sino que también a toda la comunidad reunida, subrayando que el Espíritu Santo es un don ofrecido a todos, no solo a los protagonistas visibles de la celebración.
En este sentido, invitó a los presentes a dejar atrás actitudes resignadas o rutinarias, y abrirse a la novedad de Dios: “Pídele hoy a Dios que te regale su Espíritu. No hay otra forma de vivir con paz, con esperanza, con fuerza, que esa: dejar que Dios entre y transforme el corazón desde dentro.”
También tuvo palabras para padres, madres, matrimonios, personas mayores y jóvenes, reconociendo las inquietudes comunes que afectan a todos: la incertidumbre por el futuro, el miedo a la soledad, las dudas sobre la educación de los hijos, las heridas del pasado: “El Espíritu Santo viene precisamente para dar dirección, para dar fruto donde antes solo había estéril esfuerzo humano.”
La celebración fue acompañada por el canto del coro parroquial y una participación muy activa de la comunidad parroquial.
Antes de concluir, Javier Porro Martínez hizo una llamada clara y directa a los presentes: “No te marches igual que llegaste. Si abres tu corazón y te dispones a recibir al Espíritu, hoy puede ser el inicio de una vida nueva para ti.”