-Queridos cristianos, devotos y devotas que en la solemnidad de este Año de la Misericordia os unís a nuestra Cofradía de la Virgen de los Dolores para acompañarla en la Muerte de Jesús y en su soledad de Madre.
-Amados cofrades que este año, con particular devoción, habéis asistido al tradicional septenario que celebramos en la iglesia parroquial de Carballo.
-A todos, el cordial saludo y agradecimiento de la Cofradía.
Bien sabéis que a Nuestra Señora, cuando rezamos la oración de “Dios te salve, Reina y Madre”, la invocamos como Madre de Misericordia. Y más adelante, en la misma oración, decimos que “sus ojos son misericordiosos”.
La Misericordia está en el Padre Nuestro. La pedimos para nosotros y para toda la humanidad. La Misericodia es el corazón del Evangelio. La Fe nos obliga a ser misericordiosos, unos con los otros.Alcanzaremos misericordia, el perdón, si tenemos el valor de reconocer que la necesitamos y debemos cambiar de vida, dejando atrás nuestros pecados.
La Virgen de los Dolores conoció, al pie de la Cruz, la generosidad de Dios perdonando:
-Al pueblo que pedía la muerte de Cristo y se burlaba de él.
-Al Buen Ladrón que aprovechó los últimos instantes de su vida para
alcanzar el perdón y la eternidad con Cristo.
-Jesús perdona a Pedro su debilidad, pese a que fuera advertido en la
Última Cena.
-Perdonaría a Judas, si perdón hubiese pedido el infeliz apóstol, tal vez,
sí, lo pidió.
-Perdona a los Apóstoles que habían huido.
Amados hermanos/as: que Dios nos conceda, por María Santísima, una conversión sincera y profunda en nuestras vidas, familiar y personal. Amén