El paso del Doctor Barrio por la sede jacobea queda registrado fehacientemente en los anales de la archidiócesis para las generaciones venideras. Podrán sentir así el estímulo de tan excelente pastor, maestro y sacerdote. Fue él un glorioso capítulo en la historia de la iglesia compostelana, cuya grey le recordará con afecto y respeto.
Hubo antecesores que la ciudad del Apóstol quiso inmortalizar en el callejero de la capital de Galicia. El más reciente de todos ellos fue el cardenal Quiroga Palacios, fundador del Seminario Menor y gran promotor del culto jacobeo en sus días.
Junto a este glorioso nombre del cardenal que muchos recordamos, entendemos que debería figurar el del arzobispo Barrio Barrio en alguna plaza o calle de la ciudad.
Don Julián cuenta con una plaza allá en su pueblo natal Manganeses de la Polvorosa (León).
Entre las mejoras y previsiones que el arzobispo Barrio hizo en la Catedral, está la disposición de un determinado espacio para sepultura de los prelados compostelanos. Respetando en todo momento la voluntad de D. Julián, desearíamos que, cuando Dios lo disponga , venga él a honrar tan gloriosa iglesia Catedral metropolitana, haciéndola depositaria de sus restos mortales y ser memoria de su servicio y entrega a la sede compostelana.