Estamos ante una feliz iniciativa para recordar la persona y labor pastoral de D. Julián Barrio Barrio en sus 30 años de servicio episcopal en la archidiócesis de Santiago. Entre los homenajes que le fueron tributados, pensamos que este libro será de los más duraderos ante el paso del tiempo y así llevará cumplida noticia del ilustre prelado a las nuevas generaciones.
No es la primera vez que entre nosotros se hace recensión de los méritos de Barrio Barrio. Pero el florilegio que aporta el Liber Amicorum, por su amplitud y la gratitud que muestran los amigos declarantes, supera lo anterior.
Todos ponen su corazón, buscan la anécdota definidora de D. Julián, su talante, su valía personal y académica.
Por ello, estimamos que no procede destacar la aportación que haga cada cual. Todos forman un coro que produce un acorde gratísimo en el ánimo del lector.
A buen seguro que, por la urgencia de la publicación, no se recibió la colaboración de muchos que desearían participar.
Encabezan el relatorio el Sr. Presidente de la Xunta de Galicia y el Rector de la universidad de Santiago de Compostela.
En total, son 40 declarantes, de los que 27 son civiles, casi todos catedráticos de la U. S. C., hombres y mujeres. Del mundo clerical, 3 obispos, canónigos y párrocos, de Santiago y de Astorga.
Una detallada biografía abre el Libro Amicorum, enumerando obras y trabajos, de historia y teología, que escribió D. Julián. Buen trabajo que, en su día, alguien aprovechará para su tesis doctoral. Contará, además, con los contenidos del B.O.A.S., y tantas respuestas a ofrendas, homilías en diversas lenguas que pronunció el arzobispo Barrio.
Mil parabienes a los coordinadores del Liber.
Y termino con una particular reflexión. El Concilio Vaticano II estableció la obligatoriedad de la renuncia cumplidos los 75 años. Esta medida de hace unos 60 años, entonces garantizaba la renovación del episcopado. Como, en su caso, del clero parroquial, pero que los obispos no aplican por la evidente carencia de vocaciones, lo que afecta a todo el estamento clerical. No hay manera de reponer todos los cargos vacantes.
No podemos desaprovechar la experiencia pastoral de quienes, con 75 o más años, están en plenitud de facultades para ejercer con provecho su misión pastoral.
La carencia de facultades físicas o mentales, sería la razón para dejar el cargo, pero no la fecha de los años cumplidos.