V
Gran trabajo de preparación hubo para el Sínodo Diocesano. No olvido la Carta Pastoral que era un tratado actualizado de teología sobre la diócesis. Un campo novedoso.
Recibimos materiales de estudio para nuestras reuniones. Recuerdo un dato que me sacudió interiormente. Se refería a que, según el proceso que lleva- mos, en tal año (no recuerdo cual) sólo habrá un pequeño número de sacerdo- tes para atender a toda la diócesis. Gran esfuerzo hizo la diócesis animada por Barrio. Pero, el tiempo nos gana la batalla. Recuerdo el Concilio Pastoral de Galicia, iniciado por Quiroga Palacios. Pronto cayó en el olvido. Es para medi- tar en nuestras responsabilidades.
VI
Siempre es un consuelo ver que los monumentos se restauran y recobran todo su esplendor. A Barrio le cabrá siempre el honor de ser el prelado de la restauración del Pórtico y de toda la Catedral. Así como el Palacio Arzobispal y la ampliación de la Casa de E. E.
Si no me engaño, es el prelado que lleva más tiempo en la misma diócesis de España.
A mediados de agosto, ha presentado su dimisión al papa por cumplir los 75 años. Estamos seguros que no será aceptada hasta después de clausurado el Año Santo 21-22. Pero, vista la personalidad, sus saberes y entrega al servi- cio de la Iglesia de Monseñor Barrio; y, así mismo, lo que la Iglesia composte- lana significó a lo largo de los siglos en la evangelización del mundo, pienso que, una bien ponderada distribución de los capelos cardenalicios, uno corres- pondería al arzobispo Barrio y a la diócesis de Santiago de Compostela.