Invocación ao Cristo da Milagrosa na Procesión do Venres Santo
Devotos de Carballo y de Bergantiños:
El Vía Crucis, es decir, el camino al Calvario que recorrió el Señor con la cruz
a cuestas, nos ofrece la consideración de un trágico encuentro que tuvo lugar
en la llamada Calle de la Amargura de Jerusalem. Allí, María sale al encuentro
de su Hijo, para animarle en su misión redentora y compartir el dolor, como
buena madre.
Una escena semejante ocurre en nuestros hogares cuando la muerte nos
visita. También María quiere darnos un apoyo maternal. Hemos de solicitar
siempre de ella esa ayuda y agradecérsela de antemano.
Hoy, en este Viernes Santo, la bella imagen de Nuestra Sra. De los Dolores,
también viene al encuentro del Cristo Crucificado que veneramos en el santua-
rio de la Virgen Milagrosa.
Podéis contemplar la imagen de este Cristo, su rostro cubierto de sangre,
coronado de espinas.
Nos honramos portando tan expresiva escultura por las calles de Carballo.
Viene con los brazos abiertos como para abrazar y bendecir a todos. Nadie
puede quedar indiferente ante el drama de una muerte injusta y una vida ofren-
dada en bien de toda la humanidad.
Jesús, en la Cruz, proclama a María como madre nuestra (Juan XIX, 26) y
tras una profunda oración, entrega a Dios Padre su vida con estas solemnes
palabras: “A tus manos, Padre, encomiendo mi espíritu (Juan XXIII, 46)
De ahí el modelo de una muerte para el cristiano: acompañado de María en
el lecho del dolor, y entregándose a Dios con la confianza con que lo hizo el
Señor.
Como el grano de trigo sepultado en tierra dará fruto, así nuestra muerte es
la semilla de la Resurrección que a todos nos espera.
Así sea